Newsflash: El periodismo es una mierda

Hace más o menos un año decidí por cuenta propia abandonar el periodismo, o al menos eso me dije a mí misma.
Dejé de escribir (públicamente), estuve a punto de matar este blog, me dejé ganar por las críticas mal intencionadas de alguien que en verdad no quería sino verme bajar y me entregué a que quizás esa carrera que siempre quise ejercer no era lo mío.
 
Hace más o menos 5 meses me di cuenta que realmente lo único que me veo haciendo de aquí hasta que me muera es escribir, viajar y tomar fotos.
Decidí entonces que mi break del periodismo se acababa y que era hora de darle vida al sueño de fusionar las tres cosas que más me gustan en el mundo.
 
Hace unos días me percaté de que un medio grande y respetado en el periodismo de viajes se robó una de mis ideas.
Tomaron el artículo que les envié para publicación, la idea en la que trabajé por días simplemente porque me parecía lo suficientemente buena para merecerlo y se la entregaron a alguien más para que la plasmara en sus palabras, utilizando mi trabajo como un mapa a seguir y sin darme ni siquiera las gracias por la inspiración.
 
Es la primera vez que me pasa una así pero no es la primera vez que el periodismo me demuestra lo ingrato que puede ser, y estoy segura que no será la última. 
Quizás alguien que esté empezando en este mundo o que ya lleve rato y esté por los suelos lea todo esto y acepte que el periodismo es una mierda, que escribir es una mierda porque nos pagan (cuando nos pagan) como tal, porque muchos consideran que lo nuestro no es un trabajo de verdad sino algo que cualquiera puede hacer, porque la mayoría nunca se fija en el nombre del autor, no les importa ni les importará, y porque la balanza siempre parece inclinarse más hacia el lado de los rechazos, las negativas, los plagios y el puro silencio que hacia el del éxito.
Es así, es la verdad. Pero no es esta la razón por la que escribo estas líneas.
Escribo porque es una manera de poner ahí afuera algo que siento muy adentro y tiene que ver con recordarme que lo que hago, que lo que hacemos todos los que nos atrevemos a buscar historias, documentarlas y difundirlas estamos haciendo algo importante, algo que va más allá de cualquier reconocimiento personal.
Escribo porque tuvieron que pasar días de protestas cubiertas por nadie más que periodistas y fotógrafos independientes en Chiloé antes que los grandes medios se hicieran eco de lo que pasa con las salmoneras y las protestas en el sur de Chile.
Porque la represión mapuche es cosa de todos los días pero nunca se hace noticia.
Escribo porque Venezuela se cae a pedazos y no son sino los periodistas independientes y mal pagados quienes salen a la calle a arriesgar el pellejo por mostrarle al mundo lo que la BBC ya se aburrió de cubrir y lo que los medios nacionales tapan con telenovelas y cadenas presidenciales.
Escribo y seguiré escribiendo porque por más que nos ignoren, nos plagien, nos subestimen y nos rechacen, quienes a pesar de todo seguimos haciendo periodismo lo hacemos porque sabemos que en el fondo sí importa esto, sí es necesario y sí lo vale.
Escribo, y seguiré escribiendo para recordarme a mí misma que, más allá de todo, lo que de verdad vale es ponerle amor al arte y a veces hace falta acciones como esta para dejarlo claro.

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