DESTINO: Isla de Barú, Cartagena, Colombia.
PRESUPUESTO: US$17
DURACIÓN: 1 día.
Si bien Cartagena es uno de los destinos preferidos por los turistas, encuentro que no es este de los lugares más maravillosos que Colombia tiene para ofrecer, sin embargo, eso no quiere decir que no tenga sus joyas puesto que ahí están las hermosas Islas del Rosario al sur de la costa, rodeadas de corales y aguas cristalinas. Entre ellas mi favorita es y seguirá siendo la Isla de Barú, que si bien es la más popular y visitada de todas al ser la única playa pública del área, resulta también siendo la que más tiene para explorar una vez que te alejas de todo el ajetreo turístico.
Por falta de tiempo no alcancé a quedarme día y noche como me hubiese gustado, pero aún así el tiempo que pasé en ella resultó siendo uno de los mejores de mi viaje y ya mismo cuento por qué.
Es cierto que la manera más conocida para llegar a Barú es a través de una lancha, estas se toman en el puerto de Cartagena, justo frente a la Ciudad Murallada y en pleno centro y por lo general al turista se le ofrece un paquete de paseo rondando los US$20 en el que se incluye almuerzo y paseada por las Islas del Rosario en lancha. Sin embargo, para los que tenemos menos presupuesto y más ganas de aventura, es posible partir directo a la Isla en moto, por un pasaje de US$3, desde el corregimiento de Pasacaballo a 45 minutos aproximado del centro de Cartagena y donde se puede llegar fácilmente en bus o colectivo desde distintos puntos de la ciudad.
Tras un viaje de unos 20 minutos por un puente recién construido y carreteras que se encuentran en un estado decente, se llega a la entrada de la playa. Ahora, aquí tienes dos opciones: O te quedas donde se queda todo el mundo en Playa Blanca, rodeado de turistas y vendedores ambulantes, o te sacas los zapatos y te dispones a caminar y explorar en busca de tu punto perfecto. Para mí, el punto perfecto lo encontré en dirección hacia el noroeste, sin embargo, la Isla es muchísimo más grande de lo que uno asume, así que si estás con tiempo te recomendaría explorar hacia el sur y darle la vuelta hasta la Bahía de Barbacoas y las playas de esa zona, que según escuché son bastante tranquilas y tan paradisíacas como el resto del territorio.
Caminando por esta zona te consigues con distintos kioscos de comida y bebida, para mí fue una hermosa sorpresa toparme con un par de lugares donde ofrecían comida vegetariana/vegana y terminé eligiendo el Bar Literario, un bello rinconcito que además funciona como biblioteca, dejándote prestados libros para que los leas ahí mismito frente a la playa y sin costo alguno, independientemente de si consumes algo en el local o no. Aquí me sirvieron por US$6 la mejor hamburguesa de berenjenas que me he comido, con un jugo de tamarindo también increíble, aunque soy de la teoría de que cualquier comida, sea la que sea, disfrutada frente a un mar azul siempre va a saber mejor.
¿Qué tal una noche en esa terraza?
Si quieres instalarte a descansar, ya por esta zona tienes menos toldos en alquiler pero sí mucha arena blanca y arbolitos para darte sombra. Incluso llegas a encontrarte con una pequeña ensenada que ha terminado convirtiéndose en zona libre para carpas, así que si llevas la tuya aquí tienes donde instalarte totalmente gratis. Si no te gustó, no encontraste puesto o prefieres alquilar una habitación, en el camino te toparás con varios sitios de camping y pequeños hostales con precios por noche desde los US$3 en adelante.
Un tip de experto aquí es que, apenas se te acerquen los vendedores ambulantes les espantes como moscas. No es necesario ser grosero, con un simple “No, gracias, ando sin plata” o algo así bastará, pero ni se te ocurra aceptar muestras “gratis”, ya que así es como se aprovechan de tu ingenuidad y terminan sacándote 7 dólares por algo que ni siquiera te interesaba comprar. Ahora, si vas a botar tu dinero en algo, recomiendo que sea en una ensalada de frutas o un Coco Loco, eso sí que vale la pena el gasto.
Fueron dos las veces en este viaje largo que pasé por Barú y me encanta que, aún siendo una isla pequeña, tenga tanto espacio para conocer. Aquí, como en el resto del Caribe la energía es otra. Aprendes a confiar en el que te dice “Hola” simplemente porque se le antojó, te olvidas de tus tapujos y prejuicios y poco a poco te vas impregnando de la buena onda de los locales, y es que ¿cómo no? si cada mirada que se te cruza va acompañada de una sonrisa automática, esa sonrisa del que se sabe agradecido de ser parte, al menos por unas horas, de este pedacito de cielo.
*DETALLE DE GASTOS:
– PRESUPUESTO INICIAL: US$ 17.
– PASAJE HACIA PASACABALLO: US$ 0,50.
– MOTO PASACABALLO – BARÚ: US $3.
– ALMUERZO VEGETARIANO + BEBIDA: US $6.
– CAMPING: Desde los US$ 3.
– HOSTALES: Desde los US$ 7.
– 1 AREPA: US$ 1.
– 1 CERVEZA: US$ 1,5.
– ALQUILER DE TOLDOS: Desde US$ 5.
