Sem
Amor
Nada
Acontece.
Sin amor nada acontece, nada vive, nada nace ni prospera. Nada vale la pena. Pero cuando hablo de amor me refiero no a esa visión endulzada de películas románticas o una chispita que aparece y desaparece como por arte de magia. No, me refiero al amor en toda su expresión. Ese que nace de una semillita y se va alimentando, va creciendo y evolucionando. Ese amor que se trabaja, que se cuida y se atiende. Que se escucha y se analiza. El amor que no solo se siente sino que se cuestiona. Amor que atraviesa. Amor que trasciende.
Sin ese amor, el amor real, no es posible crear, no es posible sanar, no es posible transitar satisfactoriamente por este camino que llamamos vida. El amor mueve montañas, dicen, pero la verdad es que para que mueva tan siquiera un granito de arena ese amor ha de ser, antes que todo, nutrido, acogido y alimentado. Sino qué chiste: No es amor sino capricho.
En un mundo tan violento como el nuestro, amar es la mayor revolución: Amarse a unx mismx, amar lo que se hace, donde se está y a dónde se va. Amar a los que te rodean y te acompañan. Porque si no hay amor entonces ¿De qué vale? De nada.
Sin amor nada acontece.
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Sana es un pequeño pueblo al norte de Río de Janeiro, en la Serra Macaense de Brasil. Entremedio de las montañas esta villa es conocida por ser un pueblito hippie, rodeado de cascadas y naturaleza. El río Sana la atraviesa de punta a punta y en la distancia, entre las montañas y las nubes se asoma el Peito do Pombo, una formación rocosa de forma muy peculiar a la que se llega a través de un trekking de 7,5kms.
Sana es un lugar para el que quiere contacto puro con la naturaleza, un sitio lleno de paz y tranquilidad que se siente desde el momento que atraviesas su portal. Hay distintos campings y hostales, mas recomiendo el Sana View Hostel, definitivamente el hostal más lindo en el que he estado alguna vez, con unas vistas hermosas de la sierra por todo su alrededor.
